Tras aquella larga noche...




A medianoche, fui ante tu casa, bajo tu ventana, con mucha esperanza. Cabía una posibilidad: tu llamada. Ni una señal. Pero esperándola, mi corazón luchaba contra mi mente, aunque ni siquiera sabía de dónde nacía esta esperanza.
Desde esa noche supe el porqué estaba luchando: tenía que decidir entre mi corazón y mi mente. Dudaba: ¿hacia dónde ir?. Hasta que decidí que mi mente hablara. Para tener una vida tranquila, escucha tu corazón; pero por si no quieres sufrir, escucha tu mente, según dice mi
 mama. Aunque sin darte cuenta, muchas veces es tu corazón quien vence.
Aunque... será mejor no hablar más sobre lo que pasó tras aquella larga noche.

Ikra Majeed, Reina de la Preposiciones

Pero... ¡se le ha escapado una! ¿Cuál? 

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